Enseñanza lúdica de la lectura

EnseñarLeer

La lectura constituye una de las habilidades básicas de la comunicación del ser humano. La capacidad de leer nos abre las puertas al conocimiento y potencia el aprendizaje, además de favorecer el desarrollo del pensamiento y del lenguaje.

Pero esta habilidad no es innata, es una habilidad que se aprende y en ocasiones puede ser complicada su adquisición. Es fundamental ofrecer a los niños y niñas un acercamiento a la lectura desde pequeños para que desarrollen las estrategias necesarias para su aprendizaje.

La enseñanza de la lectura.

Enseñar a leer puede convertirse en un reto para familias y educadores. La dificultad de este aprendizaje está en la asociación arbitraria entre sonidos (fonemas) y letras (grafías). Es difícil comprender el sentido de esta asociación y es por ello que debemos acercarles la lectura a través del juego, a través de la inducción y dejar que sean ellos mismos los que poco a poco deduzcan a través de un método global esta relación y la asimilen.

Pasos para una enseñanza lúdica de la lectura

Emplear un método inductivo mediante el cual, sea el niño el responsable del aprendizaje y de manera inconsciente encuentre el sentido a las reglas arbitrarias que relacionan las letras con sus sonidos es la mejor opción.

Antes de enseñarle a leer.

Es fundamental el desarrollo de habilidades básicas previas al proceso de lectura y el desarrollo a su vez del gusto e interés por la lectura.

  1. Lee al niño/a en voz alta desde el principio. Aunque no entienda aún el lenguaje. La lectura en voz alta le facilitará el desarrollo del lenguaje y despertará su interés por la lectura.
  2. Enséñale el cuento cuando le leas. De este modo sabrá que los sonidos que escuchan están asociados a unas letras (aunque aún no comprenda la asociación) y a un significado.
  3. Trabaja con el niño/a la orientación. Le será necesaria para aprender a leer. Y muéstrale el orden que sigues para leer.
  4. Enséñale las letras que forman su nombre y juega con él/ella a encontrar esas letras que conoce en otras palabras y a imaginar cómo sonarán esas palabras.
  5. Haz de la lectura una parte de la rutina familiar. Lee cuentos a los niños y niñas de la casa, leed vosotros como adultos. Los niños/as aprenden más de lo que ven, que de lo que les decimos, si nos ven leer tenderán a imitarnos.

El momento de aprender a leer.

Es importante no apresurar este aprendizaje y hacerlo cuando estén preparados para ello (alrededor de los 4-5 años).

  1. Emplea métodos globales para la enseñanza de la lectura, en lugar de ir letra a letra o sílaba a sílaba. De esta forma favorecemos el aprendizaje inductivo, el mismo será el que descubra la asociación de los sonidos con las letras correspondientes.
  2. Emplea palabras completas, apoyadas en imágenes. De este modo asociara la palabra a su significado, pronuncia la palabra señalando las letras y haz que el pequeño la pronuncie también.
  3. Juega con él/ella a buscar las letras de las palabras que ya conoce. Cuando encuentre las letras que conoce, continúa el juego pidiéndole que te diga que cree que pone ahí.
  4. Enséñale palabras nuevas, pero parecidas a las que ya sabe (gato-pato; maleta-maceta; palo-pelo) y juega con él/ella a localizar la letra diferente. De este modo estará interesado y poco a poco ira comprendiendo como suenan cada una de las letras.
  5. Cuando ya comprenda unas cuantas palabras y conozcan algunas letras que pertenecen a esas palabras le introducimos frases (en un principio muy sencillas tipo “el gato bonito”, “mi mama”, la casa azul”), apoyadas de una imagen también y pídele que intente leer lo que pone. Poco a poco iremos introduciendo frases más largas.
  6. Emplea juegos como sopas de letras, juegos de pistas donde tenga que leer, adivinanzas, escribir y leer notas entre vosotros, etc.
  7. Utiliza textos que le gusten, como algo sobre sus dibujos preferidos, déjale que envié mensajes por el teléfono a algún familiar y que lea sus respuestas.
  8. Refuerza sus logros.
  9. Cuando tenga algún error, no le corrijas, pregúntale si está seguro de que es así y guíale para que descubra su error y aprenda del mismo.
  10. Cuando sea capaz de leer frases, (aunque aún cometa errores), empezaremos con textos cortos.

Celia Rodríguez Ruiz

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